Soneto de la
guirnalda de rosas.
¡Esa
guirnalda! ¡Pronto! ¡Que me muero!
¡Teje
deprisa! ¡Cantal ¡Gime! ¡Canta!
Que la
sombra me enturbia la garganta
y otra vez
viene y mil la luz de enero.
Entre lo que
me quieres y te quiero,
aire de
estrellas y temblor de planta
espesura de
anémonas levanta
con oscuro
gemir un año entero.
Goza el
fresco paisaje de mi herida,
quiebra
juncos y arroyos delicados,
bebe en
muslo de miel sangre vertida.
Pronto
¡prontol! Que unidos, enlazados,
boca rota de
amor y alma mordida,
el tiempo
nos encuentre destrozados.
RUBÉN
DARÍO
Sonatina.
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
GARCILASO DE LA VEGA
Égloga I.
El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
(de pacer olvidadas) escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo
y un grado sin segundo,
agora estés atento sólo y dado 1
el ínclito gobierno del estado
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte;
FRANCISCO DE QUEVEDO
Amor constante más allá de la muerte.
Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansiosa y lisonjera mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi alma el agua fría y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido, polvo serán, mas polvo enamorado.
FRAY LUIS DE LEÓN
Oda a la vida retirada.
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
LOPE DE VEGA
El caballero de Olmedo
Amor, no te llame amor el que no te corresponde pues que no hay materia adonde imprima forma el favor. naturaleza, en rigor, conservó tantas edades correspondiendo amistades que no hay animal perfecto si no asiste a su concepto la unión de dos voluntades.
GARCILASO DE LA VEGA
Égloga I
Divina Elisa, pues agora el cielo, con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, en la tercera rueda contigo mano a mano busquemos otro llano, busquemos otros montes y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte?
EL CONDE OLINOS
Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar. Mientras el caballo bebe canta un hermoso cantar: las aves que iban volando se paraban a escuchar; caminante que camina detiene su caminar; navegante que navega la nave vuelve hacia allá. |
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Desde la torre más alta la reina le oyó cantar: -Mira, hija, cómo canta la sirenita del mar. -No es la sirenita, madre, que esa no tiene cantar; es la voz del conde Olinos, que por mí penando está. -Si por tus amores pena yo le mandaré matar, que para casar contigo le falta sangre real
GABRIELA MISTRAL
Coplas.
Todo adquiere en mi boca un sabor persistente de lágrimas; el manjar cotidiano, la trova y hasta la plegaria. Yo no tengo otro oficio después del callado de amarte, que este oficio de lágrimas, duro, que tú me dejaste. ¡Ojos apretados de calientes lágrimas!, ¡boca atribulada y convulsa, en que todo se me hace plegaria!
JORGE MANRIQUE
Coplas a la muerte de su padre
Recuerde el alma dormida, avive el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parescer, cualquiere tiempo passado fue mejor.
JUAN DE MENA
Laberinto de fortuna
Al muy prepotente don Juan el segundo a aquel con quien Júpiter tovo tal celo que tanta de parte le fizo del mundo cuanta a sí mesmo se fizo del cielo; al gran rey de España, al César novelo al que con Fortuna es bien fortunado; a aquel en quien caben virtud y reinado a él la rodilla fincada por suelo.
SAN JUAN DE LA CRUZ
Noche oscura del alma
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.
WALT WHITMAN
No te
detengas.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
ERNESTINA DE
CHAMPOURCIN
De La voz del viento.
Búscame en ti. La
flecha de mi vida
ha clavado sus
rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus
brazos el acecho
de las cien rutas
que mi paso olvida.
Despójame del ansia
desmedida
que abrasaba mi
espíritu en barbecho.
El roce de tus manos
ha deshecho
la audacia de mi
frente envanecida.
Navegaré en tus
pulsos. Dicha inerte
del silencio total.
Ávida muerte
donde renacen tuyos,
mis sentidos.
Ahoga entre tus
labios mi tristeza,
y esta inquietud
punzante que ya empieza
a taladrar mi sien
con sus latidos.
JOSEFINA DE LA
TORRE
De Poemas de la isla
Sobre el mar, bajo el cielo, blancas, densas,
vienen todas las velas desplegadas
en el aire, dorado y transparente.
Y en la proa, delgada como la brisa,
la corona de espuma alborotada
es adorno rizado de su frente.
En la playa, de oros soleada,
las mujeres esperan a las barcas
con los ojos al mar, intensamente.
Y en el ramo de velas olorosas
-brisa de mar, aroma de mariscos-
hay un anhelo cálido y creciente.
¡Cuánto diera por ver llegar un día
la barca con la blanca vela al viento
con rumbo hacia otra orilla, desrizada;
y en pie en la proa -tijera de los mares-
a ti, todos mis sueños, presentido
con el azul del mar en la mirada!
PILAR DE VALDERRAMA
Abre el rosal
de la carroña horrible
su olvido en
flor, y extraña mariposa
jalde y carmín,
de vuelo imprevisible,
salir se ve del
fondo de una fosa.
con el terror
de víbora encelada,
junto al
lagarto frío,
con el absorto
sapo en la azulada
libélula que
vuela sobre el río,
con los montes
de plomo y de ceniza,
sobre los
rubios agros
que el sol de
mayo hechiza,
se ha abierto
un abanico de milagros
-el ángel del
poema lo ha querido-
en la mano
creadora del olvido…
PEDRO
SALINAS
Ayer
te besé en los labios...
Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más. El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no...
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
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