domingo, 28 de diciembre de 2014



"Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil."


Jorge Luis Borges

lunes, 22 de diciembre de 2014

LECTURAS OBLIGATORIAS PARA LA SEGUNDA EVALUACIÓN
1º BACHILLERATO



Más todo aquello que caiga en vuestras manos y sea de calidad. 
LECTURAS OBLIGATORIAS PARA LA SEGUNDA EVALUACIÓN 
3º ESO






LECTURAS OBLIGATORIAS PARA LA SEGUNDA EVALUACIÓN
1º ESO







sábado, 29 de noviembre de 2014

lunes, 17 de noviembre de 2014


PARA MIS ALUMNOS DE 1º DE ESO. ESPERO QUE OS "SUENE"


PARA TODOS MIS ALUMNOS. ESPECIALMENTE PARA LOS MÁS PEQUEÑOS, A QUIENES LES HE HABLADO ÚLTIMAMENTE DE LO DIFÍCIL QUE ERA HACER LIBROS HACE... UNOS CUANTOS AÑOS.

ESPERO QUE OS GUSTE.
LE AGRADEZCO ESTE REGALO A CONCHI.


Siempre me ha gustado mucho Leopoldo Panero. 

Para inventar a Dios, nuestra palabra
busca, dentro del pecho,
su propia semejanza y no la encuentra,
como las olas de la mar tranquila,
una tras otra, iguales,
quieren la exactitud de lo infinito
medir, al par que cantan...
Y Su nombre sin letras,
escrito a cada instante por la espuma,
se borra a cada instante
mecido por la música del agua;
y un eco queda solo en las orillas.
¿Qué número infinito
nos cuenta el corazón?
Cada latido,
otra vez es más dulce, y otra y otra;
otra vez ciegamente desde dentro
va a pronunciar Su nombre.
Y otra vez se ensombrece el pensamiento,
y la voz no le encuentra.
Dentro del pecho está.
Tus hijos somos,
aunque jamás sepamos
decirte la palabra exacta y Tuya,
que repite en el alma el dulce y fijo
girar de las estrellas.


domingo, 9 de noviembre de 2014

ACTIVIDAD PARA 1º DE BACHILLERATO Y PARA MI AMIGA ANACRUSA

Mide el siguiente poema. ¿De qué tipo de versos se trata? ¿Quién es su autor? ¿A quién toma como modelo para la versificación? ¿Por qué es importante este poema en su trayectoria vital y literaria?

"(...)
Avanzamos, Señor, menesterosos, 
las almas en guiñapos harapientos, 
cual bálago en las eras remolino 
cuando sopla sobre él la ventolera, 
apiñados por tromba tempestuosa 
de arrecidas negruras; ¡haz que brille
 tu blancura, jalbegue de la bóveda 
de la infinita casa de tu Padre 
-hogar de eternidad-, sobre el sendero 
de nuestra marcha y esperanza sólida 
sobre nosotros mientras haya Dios! 
De pie y con los brazos bien abiertos 
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa 
-repecho de Calvario- sostenidos 
del deber por los clavos, y muramos 
de pie, cual Tú, y abiertos bien de brazos, 
y como Tú, subamos a la gloria de pie, 
para que Dios de pie nos hable
 y con los brazos extendidos. ¡Dame, 
Señor, que cuando al fin vaya perdido 
a salir de esta noche tenebrosa 
en que soñando el corazón se acorcha, 
me entre en el claro día que no acaba,
 fijos mis ojos de tu blanco cuerpo, 
ijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere; 
mis ojos fijos en tus ojos, Cristo, 
mi mirada anegada en Ti, Señor! "


PARA MIS ALUMNOS DE 1º DE BACHILLERATO. ESTA SEMANA VAMOS A ESTUDIAR LA UNIDAD 8, Y AUNQUE EN EL LIBRO ESTÁ MUY BIEN EXPLICADO, ECHO EN FALTA EJEMPLOS DE LOS DISTINTOS TIPOS DE VERSOS. ASÍ QUE, AHÍ VAN ALGUNOS. 

Ejemplos de versos libres.

El verso libre es un verso que no rima y que forma parte de una composición que no se ajusta a normas de rima ni medida.

Ejemplo 1.
Eres la compañía con quien hablo
de pronto, a solas.
Te forman las palabras que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.


Xavier Villaurrutia.

Ejemplo 2.
Sobre la nieve se oye resbalar la noche
La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces
De una mirada encendí mi cigarro
Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío
En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos
Y el viento
gime entre las alas de los pájaros
Las Olas Mecen El Navío Muerto
Yo en la orilla silbando
Miro la estrella que humea entre mis dedos.
Vicente Huidobro

Ejemplo 3.
Amigos
dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
de chicos torpes y listos,

y dóciles y ariscos,
a muchas leguas de este Santander mío,
en un pueblo antiguo,

tranquilo
y frío
.
Gerardo Diego

Ejemplos de versos blancos

El verso blanco es el que, aunque no presenta rima, mantiene un número de sílabas regular con respecto al resto de los versos de la estrofa o composición de la que forma parte.

Ejemplo 1.

Esta corona, adorno de mi frente, 11
esta sonante lira y flautas de oro  11

y máscaras alegres que algún día 11
me disteis, sacras musas, de mis manos 11
trémulas recibid, y el canto acabe. 11

Leandro F. De Moratín


Ejemplo 2.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, 14
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente 14
que regando encerrada bellos miembros extremos 14
siente así los hermosos límites de la vida. 14
Vicente Aleixandre.
Ejemplos de versos sueltos

El verso suelto no presenta rima dentro de una composición en la que sí existe rima entre otros versos.

Ejemplo 1.

De Francia partió la niña, 8a
de Francia la bien guarnida, 8a
íbase para París 7+1-
do padre y madre tenía. 8a
Errado lleva el camino, 8-
errada lleva la guía, 8a
arrimárase a un roble 8-
por esperar compañía. 8a
Anónimo.

Ejemplo 2.
Cantando me he de morir 8 -
cantando me han de enterrar, 7+1a
y cantando he de llegar 7+1a
al pie del eterno padre: 8b
dende el vientre de mi madre 8b
vine a este mundo a cantar. 7+1a
José Hernández

lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Qué son los números ordinales?

Los ordinales son números que expresan una posición de un elemento o un conjunto de elementos en una sucesión ordenada. A diferencia de los números cardinales que representan cantidad, los números ordinales representan un orden, y se acompañan por un sustantivo, por ejemplo, si tenemos una sucesión de cuatro libros que debemos leer en orden, tendríamos el primer libro o libro primero, el segundo libro o libro segundo, el tercer libro o libro tercero y el cuarto libro o libro cuarto, tomando en cuenta que el sustantivo libro puede ir antes o después del número ordinal.
En ocasiones, los números ordinales pueden funcionar como adjetivos cuando se los utiliza en una frase, como por ejemplo, “la guerra y la paz, es el primer libro que debes leer” o “se esforzó mucho a pesar de llegar segundo”.

Notación de los números ordinales

Los números ordinales tienen distintas notaciones, en ocasiones se los expresa en forma de palabras y en otras se los puede expresar en forma de cifras. Para expresarlos en forma de cifras debemos tomar el número ordinal o la posición del elemento de la sucesión y añadirle una letra volada superior para denotar dicha posición, por ejemplo 3º para el masculino tercero y 3ª para el femenino tercera. Sin embargo en el español americano se utilizan otras maneras de expresarlos, como añadiendo un sufijo de la terminación del número ordinal determinado, siendo 1ro. para primero 2do. para segundo, 3ro. para tercero, 4to. para cuarto, 5to. para quinto, 7mo. para séptimo, 8vo. para octavo 9no. para noveno y así sucesivamente, incluso a veces se omite el uso del punto en la tipografía de abreviaturas.
En español como en la mayoría de idiomas, la notación de los números ordinales también puede ser expresada en palabras, la diferencia radica en que las raíces de dichas notaciones nace del latín para añadir los prefijos, mientras que los sufijos se añaden según cada número, por ejemplo –eno, -ésimo y el sufíjo –avo que se usa ampliamente, pero cuyo uso es incorrecto, pues se confunden las notaciones de los números fraccionarios con los ordinales por ejemplo treceavo es 1/13, siendo la forma correcta decir decimotercero.
En un lenguaje coloquial se suelen omitir el sufijo para acortar la longitud de las palabras, sin embargo esto también es incorrecto, como decir “el treintaicinco aniversario” pues es más habitual escucharlo pero la forma correcta sería: “el trigésimo quinto aniversario”, a pesar de esto, existen algunas excepciones, que funcionan de distinta manera, por ejemplo a Benedicto XVI se lo conoce más como Benedicto dieciséis, que como Benedicto decimosexto, y la numeración de los siglos, la cual debería ser utilizada con números ordinales como norma, pero la notación cardinal de los siglos es abiertamente aceptada y utilizada en el idioma español.
A continuación ofrecemos una lista de los diez primeros números ordinales, su notación numérica y su notación literal en masculino y femenino:
1º, primero o primer, 1ª, primera
2º, segundo, 2ª segunda
3º, tercero o tercer, 3ª tercera
4º, cuarto, 4ª cuarta
5º, quinto, 5ª ,quinta
6º, sexto, 6ª, sexta
7º, séptimo, 7ª, séptima
8º, octavo, 8ª,octava
9º, noveno, 9ª,novena (en raras ocasiones nono o nona)
10º, décimo, 10ª, décima
Para los dos siguientes números ordinales, tenemos una opción más que es más usada que las siguientes:
11º, undécimo, 11ª,décimo primero
12º, duodécimo, 12ª, décimo segundo
Y a continuación hasta la posición número diecinueve, los números ordinales siguen la misma sucesión como décimo tercero, décimo cuarto, y así sucesivamente. Pero al continuar la secuencia, encontramos que cada múltiplo de diez menor que cien se escribe de la siguiente manera:
20º, vigésimo, 20ª, vigésima
30º, trigésimo, 30ª, trigésima
40º, cuadragésimo, 40ª, cuadragésima
50º, quincuagésimo, 50ª, quincuagésima
60º, sexagésimo, 60ª, sexagésima
70º, septuagésimo, 70ª, septuagésima
80º, octogésimo, 80ª, octogésima
90º, nonagésimo, 90ª, nonagésima
Para los números ordinales que se encuentran entre los múltiplos de diez seguimos la misma lógica, añadiendo los números entre primero y noveno, por ejemplo:
66º, sexagésimo sexto, 66ª, sexagésimo sexta
67º, sexagésimo séptimo, 67ª, sexagésimo séptima
Para los números mayores que cien utilizamos lo siguiente:
100º, centésimo, 100ª, centésima
200º, ducentésimo, 200ª, ducentésima
300º, tricentésimo, 300ª, tricentésima
400º, cuadrigentésimo, 400ª, cuadrigentésima
500º, quingentésimo, 500ª, quingentésima
600º, sexcentésimo, 600ª, sexcentésima
700º, septingentésimo, 700ª, septingentésima
800º, octingentésimo, 800ª, octingentésima
900º, noningentésimo, 900ª, noningentésima
1000º, milésimo, 1000ª, milésima
Aunque estas sean las formas correctas, las formas literales no se utilizan comúnmente, excepto centésimo y milésimo. Por lo tanto si se quisiera hablar del 260º aniversario, podría hablarse del sexagésimo aniversario del segundo centenario, así como para los milésimos aniversarios se utiliza comúnmente la palabra milenio.

Ejemplos de números ordinales

47º es cuadragésimo séptimo
692º es sexcentésimo nonagésimo segundo (o para aniversarios: nonagésimo segundo del sexto centenario)
1381º es milésimo tricentésimo octogésimo primero (o para aniversarios: octogésimo primero del tercer centenario del primer milenio)

miércoles, 29 de octubre de 2014

PUES YO SOY FILÓLOGA HISPÁNICA. Y SOY FELIZ. 

Ya cuando yo estudié mi preciosa carrera universitaria allá por 1997, era harto sabido que Filología "no tenía apenas salidas". Aún así, mis padres me animaron a estudiar aquello que me hiciera feliz. No pude hacer mejor elección. He sido feliz estudiándola y ahora, soy feliz ejerciendo la docencia y compartiendo lo que aprendí. 

¿"Salidas"? ¿Para qué quiero salir? Lo que yo quiero es ser feliz.
No estoy de acuerdo con este tipo de estudios.
Estudiad para ser felices. Construid vuestra persona sobre los cimientos del aprendizaje.


MODELO 1 DE PRUEBA CDI.
PRUEBA DE CONOCIMIENTOS Y DESTREZAS INDISPENSABLES 
PARA 3º ESO.
Modelo elaborado por mi gran amiga 
Jezabel Alonso Chocano. 
Gran persona. Gran docente. Enorme ser humano.

1ª PARTE: DICTADO.

“Los que querían dormir, no por cansancio sino por nostalgia de los sueños, recurrieron a toda clase de métodos agotadores. Se reunían a conversar sin tregua, a repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento del gallo capón, que era un juego infinito en el que el narrador preguntaba si querían que les contara el cuento del gallo capón y cuando contestaban que sí, el narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón”.

GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel: Cien años de Soledad, Alfaguara, 2007, p. 58.

2ª PARTE: TEXTO

LEE ATENTAMENTE EL SIGUIENTE TEXTO LITERARIO Y DESPUÉS CONTESTA A LAS PREGUNTAS SOBRE EL MISMO.

LO QUE SUCEDIÓ A LÁZARO CON UN ESCUDERO
Tuve que sacar fuerzas de flaqueza y, poco a poco, con ayuda de las buenas gentes, llegué a esta insigne ciudad de Toledo, donde, gracias a Dios, a los quince días se me cerró la herida. Mientras estaba malo, siempre me daban alguna limosna, pero cuando ya estuve sano, todos me decían:
- Eres un granuja y un vagabundo. Deja de mendigar y búscate un amo a quien servir.
<<¿Y dónde encontraré yo uno, si Dios no crea ahora uno de la nada, como cuando creó el mundo por primera vez?>>, me decía a mí mismo.
Pensando en estas cosas, iba de puerta en puerta sin logar mucho remedio, porque ya la caridad había sido desterrada de este mundo. En estas, me encontré con un escudero que iba por la calle bastante bien vestido y bien peinado que se movía y andaba con paso uniforme y acompasado. Me miró, yo le miré, y él me dijo:
- Muchacho, ¿buscas amo?
- Sí, señor-le contesté.
- Pues vente conmigo, que Dios te ha premiado al ponerte en mi camino. Seguro que hoy has rezado una buena oración.
Yo le seguí dando gracias a Dios por lo que acababa de oír y también porque por su vestido y su apariencia me pareció justo la persona que yo necesitaba.
Era bastante temprano cuando encontré a ese tercer amo, y me llevó detrás de él por buena parte de la ciudad. Pasábamos por las plazas donde se vendía pan y otras provisiones. Yo pensaba y hasta deseaba que me encargase con algo de lo que se vendía, porque era la hora habitual de hacer la compra. Pero él pasaba de largo, a buen paso sin detenerse. YOme decía <<Será que lo que aquí ve no es de su gusto y querrá comprar en otra parte>>.
De esta manera anduvimos hasta que dieron las once. Entonces entró en la catedral, y yo tras él, y le vi oír misa muy devotamente. Luego se quedó a los otros oficios religiosos, hasta que se acabaron y se fue la gente. Entonces salimos de la iglesia.
A paso ligero fuimos calle abajo. Yo iba el más alegre del mundo de ver que no nos habíamos ocupado de buscar comida. Supuse que mi nuevo amo debía de ser uno de esos hombres que compran de una vez para muchos días, y que la comida ya estaría a punto, tal como yo la deseaba y la necesitaba.
En esto el reloj dio la una y llegamos a una casa. Mi amo se paró a la puerta, y yo con él. Dejó caer la punta de la capa hacia el lado izquierdo, sacó una llave de un bolsillo de la manga, abrió la puerta y entramos en casa.
La entrada era tan oscura y lóbrega, que daba miedo pasar. Dentro, sin embargo, había un patio pequeño y unos cuartos de razonable aspecto y tamaño.
En cuanto entramos, mi amo se quitó la capa y, tras preguntarme si tenía las manos limpias, la sacudimos y doblamos, y después de soplar muy limpiamente en un poyo que había allí, la colocó encima. Hecho esto, se sentó junto a la capa y me preguntó con todo detalle de dónde era y cómo había llegado a Toledo. Yo le di más explicaciones de las que hubiera querido, porque me parecía que era la hora de mandar poner la mesa y vaciar la olla en un plato, en vez de hablar de mi vida. A pesar de todo, le mentí lo mejor que supe. Alabé mis cualidades y callé todo lo demás, porque aquella casa tan distinguida no era el lugar adecuado para contar mis calamidades.
Después de esto, mi amo estuvo así, sentado y en silencio, un poco. A mí esto ya me pareció muy mala señal, porque eran casi las dos y le veía con menos ganas de comer que a un muerto. Me puse a pensar en por qué cerraba la puerta con llave y por qué no se oían en toda la casa, ni arriba ni abajo, pasos de persona viva. Todo lo que yo había visto eran paredes, porque en la casa no había ni banco, ni mesa, ni silla, ni banqueta, ni siquiera un arcón como el del clérigo. En fin, que me pareció una casa encantada. Estando así, me dijo mi nuevo amo:
-Oye, mozo, ¿has comido?
-No, señor –dije-, que no eran ni las ocho cuando me encontré con Vuestra Merced.
-Pues, aunque era temprano, yo ya había almorzado. Y quiero que sepas que cuando almuerzo algo, pasó así hasta la noche. Por eso, arréglatelas como puedas. Ya cenaremos a su hora.
Cuando le oí decir esto, estuve a punto de desmayarme, no tanto de hambre como porque me di perfecta cuenta de mi mala suerte. Entonces se me representaron de nuevo todas mis fatigas, y volví a llorar mis penalidades; entonces recordé que, cuando dudaba sobre si dejar o no al clérigo avaro y mísero, pensaba en que aún podía encontrar, por desgracia, a otro peor; entonces, en fin, lloré mi penosa vida pasada y mi cercana muerte venidera.
Pero, a pesar de eso, disimulé lo mejor que pude, y dije a mi amo:
-Señor, soy un mozo que no se fatiga mucho por comer, bendito sea Dios. Si de algo puedo yo alabarme es de tener la garganta menos tragona de todos los criados. Todos los amos que he tenido hasta hoy la han elogiado.
-Virtud es esa –dijo el escudero-, y por eso yo te querré más, porque el hartarse es propio de los puercos. En cambio, el comer moderadamente es de los hombres de bien.
<<¡Ya te entiendo!>>, dije para mí. <<¡Maldita tanta medicina y tanta bondad como mis amos encuentran en el hambre!>>.
Me puse en un rincón de la entrada y saqué de debajo de la camisa unos pedazos de pan que me habían quedado de los que mendigaba por amor de Dios. El escudero, que vio esto, me dijo:
-Ven acá, mozo. ¿Qué comes?
Yo me acerqué a él y le enseñé el pan. Me cogió un pedazo de los tres que tenía, el mejor y más grande, y me dijo:
-Por mi vida, parece buen pan.
-¿Y desde cuándo, señor, el pan no es bueno?
-Tienes razón –dijo-. Pero, ¿dónde lo has conseguido? ¿Estará amasado por manos limpias?
-Eso no lo sé yo, señor, pero a mí no me da asco el sabor que tiene.
-Sea lo que Dios quiera –dijo el pobre de mi amo, y se llevó el trozo de pan a la boca y comenzó a darle tan fieros bocados como yo a los otros dos trozos.
-Está muy sabroso este pan, por Dios –dijo.
Y como me di cuenta de qué pie cojeaba y lo vi tan dispuesto a echarme una mano con el pan que me quedase, si acababa antes que yo, engullí mi ración a toda prisa. Así que acabamos casi a la vez. Mi amo se sacudió unas pocas migajas, muy menudas, que se le habían quedado en el pecho y entró en un cuartito, sacó un jarro no muy nuevo, bebió y luego me invitó a beber. Yo me hice el sobrio y le dije:
-Señor, no bebo vino.
-Es agua –me respondió-. Bien puedes beber.
Entonces tomé el jarro y bebí, no mucho, porque mi congoja no era de sed.
Luego estuvimos hablando hasta la noche. Yo respondí lo mejor que supe a las cosas que preguntaba.

ANÓNIMO: Lazarillo de Tormes, Vicens Vives, Clásicos adaptados, 2007, pp. 77-84.

PREGUNTAS SOBRE EL TEXTO
1- Resume en cinco o seis líneas el contenido del texto.
2- ¿Cuál es la principal preocupación de Lázaro a lo largo de todo el texto?
3- A qué hace referencia Lázaro cuando dice “estuve a punto de desmayarme, no tanto de hambre como porque me di perfecta cuenta de mi mala suerte”?
4-¿Cómo definirías al escudero?
5- Explica el significado de las siguientes expresiones:
“Me di cuenta de qué pie cojeaba”.
“Yo me hice el sobrio”.
6- Indica la categoría gramatical a la que pertenecen las palabras del texto marcadas en negrita.
7- Analiza todos los verbos que aparecen en las diez primeras líneas del texto indicando su número, persona, tiempo y modo. Ten en cuenta también las formas no personales.
8- Analiza las siguientes oraciones extraídas del texto:
“Con ayuda de las buenas gentes, llegué a esta insigne ciudad de Toledo”.
“Mi amo se sacudió unas pocas migajas”.
9- Indica la función sintáctica que desempeñan las palabras subrayadas de las siguientes oraciones.
“¿Dónde lo has conseguido?”
“Me pareció una casa encantada”.
“Está muy sabroso este pan”.

Materiales procedentes de la convocatoria de “Premios a la elaboración de Pruebas de Conocimientos y Destrezas
Indispensables (CDI) para Educación Secundaria Obligatoria, en la materia de Lengua Castellana y Literatura”.

domingo, 26 de octubre de 2014

MI MENDOCINA Y DONJUANESCA TIERRA




Y EL FIN DE SEMANA PRÓXIMO, SERÁ REPRESENTADO, OTRA VEZ, POR LAS CALLES ALCARREÑAS. OS INVITO A TODOS A QUE VENGÁIS A VERLO. MERECE LA PENA REALMENTE. 





Os dejo un reportaje que se hizo durante la representación del Tenorio Mendocino el año pasado, en 2013. Espero que os guste y os animéis a venir a verlo. 


sábado, 25 de octubre de 2014


Un 25 de Octubre, en 1938, se suicidaba 
Alfonsina Storni. Provocó su ahogamiento sumergiéndose en el mar. 
Gran mujer, gran poetisa. 
Gran incomprendida. 



jueves, 23 de octubre de 2014

Valiente

"Le daban miedo las pisadas
las puertas entreabiertas
las cortinas
los pies de las esfinges
la lengua de los gatos.

Le asustaban la risa de los viejos
y las fotos de niños con corbata
los osos de peluche
las gaviotas de cine
de los años sesenta.

Temía sobre todo
ver llorar a su padre
recorrer un pasillo
cortarse con papel
y morir cada noche.

Pero era tan valiente
que miraba a los ojos
y derramaba el alma
y decía te amo
y era cierto."


GRACIA IGLESIAS. Aunque cubras mi cuerpo de cerezas.

Maravillosa poetisa. Maravilloso ser humano. Maravillosa cuentacuentista. 
Adorable, Gracia Iglesias. 

PRIMERA TANDA DE TEXTOS PARA 3º DE ESO Y PARA 1º DE BACHILLERATO.



TEXTO 1


Cristina me había aceptado a regañadientes en su cuarto. Casi lloró pidiendo que no la obligaran a compartir sus cosas con las mías (yo no tenía nada, excepto el osito Celso). Y mamá dijo que Cristina tenía razón: ella era una mujercita, y yo, un "gorgojo". Así que por aquellas noches ya tenía un dormitorio propio, claro que mucho más pequeño que el que hasta entonces había compartido con Cristina. Era una habitación, no en la llamada parte "noble" de la casa, sino en la zona del cuarto de estudio, el de las Tatas, el de la plancha, la cocina... En fin allí donde yo me movía libremente y sin temor. Se trataba de un cuarto pequeño, con una ventana de cortinas azules y amarillas, y gruesos visillos blancos, con un casi invisible zurcidito en una esquina, que había cosido Tata María. Cuando se corrían los visillos, se podía apreciar, en su amplitud, el patio interior que tanta importancia tuvo para mi primera infancia, y mis recuerdos. No era precisamente un jardín encantador, era un espacioso patio interior con el suelo cubierto de lositas hexagonales de color gris. Al fondo del portal de la casa, había una puerta grande que sólo se abría para dar paso a ese patio y al garaje -minigaraje-, donde guardaban los dos o tres únicos coches de los vecinos de la casa. En una plaquita dorada, de otros tiempos, aún se leía: "ENTRADA DE CARRUAJES".

Cuando me asomaba a la ventana de mi cuarto, contemplaba el ir y venir de los chóferes. Entre ellos estaba Paco, mi primer amigo, porque fue la primera persona con la que entablé conversación fuera de la familia. Visto desde mi ventanita, Paco era un hombre para mí gigantesco, que calzaba botas altas, como si fuera a montar a caballo. Era mi amigo, porque él me llamaba su novia, y me lanzaba besos con la mano.

También consideraba amigo mío al farolero, aunque jamás había cruzado una palabra con él, pero en mis escapadas al salón, le veía desde el balcón, allá abajo. En los atardeceres iba encendiendo, con una larga pértiga, llamitas azuladas, temblorosas, dentro de sus fanales. Era un hombre bajito, vestido de azul marino, con gorra adornada de una cinta roja, a quien nunca vi la cara, porque en la ciudad era siempre otoño, o invierno, y a esas horas ya no se veía con claridad lo que ocurría más allá de los balcones. Eran precisamente los balcones del llamado Salón -nombrado así, con cierto deleite en boca de Tata María y la cocinera Isabel- allí a donde yo acudía, noctámbula y rodeada de una niebla cálida que sólo transparentaba cuanto yo deseaba ver, y jamás he vuelto a recuperar. Ahora la niebla sólo es niebla, conocida y húmeda, fría y casi desprovista de misterio.
Paraíso inhabitado. Ana María Matute.



Análisis morfológico del texto y análisis morfosintáctico de las oraciones marcadas en negrita. 

TEXTO 2

Don Roque se queda preocupado.
—A mí que no me digan; esto no es serio.
Doña Visi se siente un poco en la obligación de disculparse ante su amiga.
—¿No tiene usted frío, Montserrat? ¡Esta casa está algunos días heladora!
—No, por Dios, Visitación; aquí se está muy bien. Tienen ustedes una casa muy grata, con mucho confort, como dicen los ingleses.
—Gracias, Montserrat. Usted siempre tan amable.
Doña Visi sonrió y empezó a buscar su nombre en la lista. Doña Montserrat, alta, hombruna, huesuda, desgarbada, bigotuda, algo premiosa en el hablar y miope, se caló los impertinentes.
Efectivamente, como aseguraba doña Visi, en la última página de "El querubín misionero", aparecía su nombre y el de sus tres hijas.
"Doña Visitación Leclerc de Moisés, por bautizar dos chinitos con los nombres de Ignacio y Francisco Javier, 10 pesetas. La señorita Julita Moisés Leclerc, por bautizar un chinito con el nombre de Ventura, 5 pesetas. La señorita Visitación Moisés Leclerc, por bautizar un chinito con el nombre de Manuel, 5 pesetas. La señorita Esperanza Moisés Leclerc, por bautizar un chinito con el nombre de Agustín, 5 pesetas."
—¿Eh? ¿Qué te parece?
Doña Montserrat asiente, obsequiosa.
—Pues que muy bien me parece a mí todo esto, pero que muy bien. ¡Hay que hacer tanta labor! Asusta pensar los millones de infieles que hay todavía que convertir. Los paí­ses de los infieles, deben estar llenos como hormigueros.
—¡Ya lo creo! ¡Con lo monos que son los chinitos chiquitines! Si nosotras no nos privásemos de alguna cosilla, se iban todos al limbo de cabeza. A pesar de nuestros pobres esfuerzos, el limbo tiene que estar abarrotado de chinos, ¿no cree usted?
-¡Ya, ya!
—Da grima sólo pensarlo. ¡Mire usted que es maldición la que pesa sobre los chinos! Todos paseando por allí, encerrados sin saber qué hacer...
—¡Es espantoso!
—¿Y los pequeñitos, mujer, los que no saben andar, que estarán siempre parados como gusanines en el mismo sitio?
—Verdaderamente.
—Muchas gracias tenemos que dar a Dios por haber nacido españolas. Si hubiéramos nacido en China, a lo mejor nuestros hijos se iban al limbo sin remisión. ¡Tener hijos para eso! ¡Con lo que una sufre para tenerlos y con la guerra que dan de chicos!
Doña Visi suspira con ternura.
—¡Pobres hijas, qué ajenas están al peligro que corrieron! Menos mal que nacieron en España, ¡pero mire usted que si llegan a nacer en China! Igual les pudo pasar, ¿verdad, usted?

La colmena. Camilo José Cela.

Análisis morfológico del texto y análisis morfosintáctico de las oraciones marcadas en negrita.


TEXTO 3

        Se mata sin pensar, bien probado lo tengo; a veces sin querer. Se odia, se odia intensamente, ferozmente, y se abre la navaja, y con ella, descalzo, hasta la cama donde duerme el enemigo. Es de noche, pero por la ventana entra el claror de la luna; se ve bien. Sobre la cama está echado el muerto, el que va a ser el muerto. Uno lo mira, lo oye respirar; no se mueve, está quieto como si nada fuera a pasar. Como la alcoba es vieja, los muebles nos asustan con su crujir que puede despertarlo, que a lo mejor había de precipitar las puñaladas. El enemigo levanta un poco el embozo y se da la vuelta: sigue dormido. Su cuerpo abulta mucho; la ropa engaña. Uno se acerca cautelosamente; lo toca con la mano con cuidado. Está dormido, bien dormido; ni se había de enterar…
Pero no se puede matar así; es de asesinos. Y uno piensa volver sobre sus pasos, desandar lo ya andado… No: no es posible. Todo está muy pensado; en un instante, un corto instante y después…
Pero tampoco es posible volverse atrás. El día llegará y en el día no podríamos aguantar su mirada, esa mirada que en nosotros se clavará aun sin creerlo.
Habrá que huir; que huir lejos del pueblo, donde nadie nos conozca, donde podamos empezar a odiar con odios nuevos. El odio tarda años en incubar: uno ya no es un niño y cuando el odio crezca y nos ahogue los pulsos, nuestra vida se irá. El corazón no albergará más hiel y ya estos brazos, sin fuerza, caerán…
La familia de Pascual Duarte. Camilo José Cela.

Análisis morfológico del texto y morfosintáctico de las oraciones marcadas en negrita.

TEXTO 4

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. “Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.” José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: “Para eso no sirve.” Pero José Arcadio Buendía no creía en aquél tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados... Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras...
Cien años de soledad. Gabriel García Márquez.

Análisis morfológico de todo el texto y morfosintáctico de las oraciones marcadas en negrita.




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